Sirvamos a Dios con fidelidad

Bosquejos Bíblicos

Prédica de Hoy: Sirvamos a Dios con fidelidad

Bosquejos Bíblicos Texto Bíblico: Mateo 25:14-30

Introducción

Dios ha dado dones a cada uno de nosotros, de acuerdo a nuestra capacidad. No tenemos que desear los dones del prójimo, sino poner a fructificar los que recibimos.

Si no lo hacemos, estamos siendo servidores infieles, que desaprovechan el favor de su Señor. Tenemos que demostrar nuestra fidelidad. Ganarnos en esta vida, mediante el servicio, la dicha de estar ante Dios en la vida eterna.

I. Hemos recibido según nuestra capacidad (vers. 14-18)

a. No podemos negar que hemos recibido dones de Dios, que hacen de cada persona alguien único e irrepetible. Tenemos que tener conciencia de esto, para no desaprovechar lo que hemos recibido.

Es necesario que meditemos en qué tenemos capacidad y habilidad, para no caer en el error de desaprovecharlo. Estos dones provienen de Dios, que nos ha brindado a cada uno su gracia de acuerdo a nuestra capacidad (verss. 14-15).

b. No debemos envidiar los dones que posee el hermano. Pueden parecer más importantes a los ojos de los hombres, pero ante los ojos de Dios todos somos merecedores de su amor.

Lo necesario nuestra fidelidad; conocernos a nosotros mismos, para poder poner esos dones al servicio de la iglesia. Así, todos juntos formaremos el cuerpo de Cristo para la salvación de los hombres, cada uno contribuyendo de acuerdo a su capacidad (1 Corintios 12:4-6).

c. Debemos comprender esto para valorar nuestra función en la iglesia, y cumplirla con fidelidad. El que se considera menos que el prójimo, cumplirá mal su función, desaprovechando su potencial.

Porque al pensar que no es importante, será negligente en su servicio, considerando que a nadie perjudica. Sin embargo, todos tenemos algo que dar, y si lo hacemos, seremos un cuerpo que funciona unido a la cabeza que es Cristo (Romanos 12:4-5).

d. No todos podemos ser pastores, ni profetas, ni sanadores. No es necesario para el cuerpo tener siete brazos, como tampoco ocho pies.

Pero sentiremos las consecuencias si al cuerpo le falta la nariz, o un párpado. Por eso no debemos menospreciar la sabiduría de Dios, que nos ha brindado los dones necesarios para nosotros y para los demás (Efesios 4:11-13).

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio